Un par de consejos para los que quieran leer esta novela, el primero es un consejo que puede servir para cualquier novela, aunque está indicado especialmente para "Suttree": no leas la entrada en
Wikipedia sobre "Suttree", la despedazan, aparecen tantos
spoilers que dan ganas de torturar al que la haya escrito. Me imagino al pobre desgraciado sin vida, vestido con traje a rayas y con un reloj en la muñeca todavía dando la hora exacta en mitad de un charco de sangre; los sesos esparcidos por el escritorio donde ha redactado mucho más de lo que jamás debería haber contado sobre esta monumental historia.
El segundo consejo es que tengas cerca, mientras lees "Suttree", un diccionario, enciclopédico a poder ser. Aunque este consejo sirve para todas las obras de McCarthy donde aparezcan vegetación, peces y pájaros; para "La Carretera" se hace innecesario.
Y ahora, sin más dilación, mi reseña, mis sensaciones:
Maldito Suttree, Cornelius Suttree..., o lo que casi es lo mismo, maldito McCarthy, maldito Cormac McCarthy... Sí, lo maldigo de nuevo y caigo en sus redes por quinta vez: "La Carretera", "No Es País Para Viejos", "La Oscuridad Exterior", "Meridiano De Sangre" y ahora "Suttree", su cuarta novela, escrita durante veinte años de forma discontinua y publicada en 1979.
La última vez aseguré que tardaría en volver a él, pero soy, al igual que muchos de sus personajes, inestable y fácil de convencer. Tampoco me gusta lo inamovible, quizá por eso sí me gusta la obra de Cormac McCarthy, porque en ella, entre otras muchas características, hay una constante: el desplazamiento-trashumancia-vagabundeo o como prefieras llamar a ese ir y venir casi siempre sin un objetivo concreto, a excepción de la supervivencia o de la huida de no siempre se sabe bien qué. Aquí queda ni que pintada una frase que leí una vez de Tom Waits:
no puedes dejar de estar en movimiento, ningún perro ha meado en las ruedas de un coche en marcha. Y es que los personajes de McCarthy, salvando las distancias, se mueven sin cesar por instintos básicos.
En fin, esta vez acepto que me gusta Cormac McCarthy, que ya comprendo su manera de escribir, que lo comprendo a él y que caigo rendido a sus pies, que voy a descargar su obra completa en mi pequeño cerebro con capacidad para tres megas de almacenamiento y, que si me da tiempo, la voy a leer entera.
"Suttree" me ha pillado bien, y creo sinceramente que si los mandamases de la HBO y un genio como Alan Ball quisieran -y McCarthy lo permitiera, claro está- podría salir de ahí una serie de televisión de tres a cuatro temporadas que se convertiría en un éxito sin precedentes. Aunque, eso sí, que nadie piense que tiene algo que ver con "True Blood" o "Six Feet Under". Bueno..., sí podríamos usar algunos de los escenarios de "True Blood", pero en los años cincuenta y, tal vez, algunos rasgos de personajes de "Six Feet Under"... Nada, que estoy desvariando.
Parece ser que "Suttree" es una novela semi-autobiográfica y, algo de cierto debe haber en ello si tenemos en cuenta que McCarthy pasó su infancia en Knoxville (Tennesse), el mismo lugar donde transcurre este relato y, si nos atenemos a lo que dicen las leyendas, que es un tipo que vagabundeó durante muchos años.
Pero voy a ceñirme sólo a "Suttree" y con pocas palabras, o eso espero.
Nos enfrentamos a una novela que no tiene inicio, nudo y desenlace, por mucho que en
Wikipedia la quieran vender así; es decir, "Suttree" es la vida misma. Los capítulos de una parte de la vida de Cornelius Suttree, contada de forma aleatoria y sin aportar todos los datos. No es una narración fácil, aquí no te da nada hecho. Es por eso que cada episodio, cada aventura de este moderno Tom Sawyer, lo completa el lector con sus tropiezos y conjeturas. Eso hace de "Suttree" para mí, de unas de las más hermosas y monumentales novelas que he leído de McCarthy. Contiene ambientes góticos, lugares sórdidos, escenas aberrantes, momentos hilarantes, algunos eróticos, otros muy tristes...
Otro de los alicientes para volver a leer este libro es el sinfín de incógnitas y preguntas que quedan en el aire. Lo dicho: la vida misma.
Reseña de Offuscatio y opiniones de otros compañeros en la lectura conjunta: Yossi Barzilai; Aramys Romero; Jandri.