Aún no he agradecido las más de 50.000 visitas recibidas en este blog desde que empecé y que se han contabilizado esta semana. Sí lo hice en twitter, pero no aquí, donde se debía hacer. Así que muchas gracias por pasearos por LilVia, lil de pequeño, petit, y Via por mi apellido. Éste es el séptimo año que en LilVia escribo como mínimo una entrada. Quizá ésta será una de las entradas más vacuas, o tal vez no. Creo que la entrada más sosa es una en la que sólo hay una imagen. No lo sé. Me da igual. Esto es lo que es, un sueño, mi sueño. Y no hay nadie aquí para pellizcarme, y aunque lo hubiera y me pellizcara, podría ser producto de mi imaginación, de mi sueño, un sueño dentro de otro sueño y así sucesivamente hasta que nadie entienda nada, ni yo mismo.
Desde Doctor Pasavento que no menciono libros por aquí. Y desde entonces los libros han estado muy presentes en mi vida/sueño. Mucho.
¡Ay Doctor! en breve seguiré sus pasos... En Rue Vaneau, por ejemplo. Y ya ansío entrar en La Hune y ver al
clochard en persona. Lo filmaré, lo fotografiaré, respiraré esa calma tensa cerca de la embajada de Siria. Luego os cuento.
Al terminar Doctor Pasavento leí El Adversario de Emmanuel Carrère. Mi amigo @Joanfelizz, con dos zetas porque es muy muy feliz, me sorprendió con ese regalo que un servidor había pedido a los reyes. De Carrère ya había leído Una Novela Rusa y la excelente biografía de Philip K. Dick, Yo estoy
vivo y vosotros estáis muertos.
A propósito de Philip K. Dick, acabo de leer en Entre Paréntesis de Roberto Bolaño algo que me ha fascinado, nada tiene de extraño por otra parte que me fascine algo escrito por él, corto y pego:
Dick, pese a todo, no pierde en ningún momento el sentido del humor y por lo tanto no es un descendiente de Melville sino un descendiente de Twain, aunque Fresán, que sabe más de Dick que yo, oponga algún reparo. Para Dick todo arte es política. No olvidar eso. Dick es posiblemente uno de los autores más plagiados del siglo XX.
Todo arte es política... Qué curioso, el fin de semana pasado mantuvimos una interesante conversación con unos amigos sobre el arte, y por ahí iban los tiros. El artista, al final, se convierte en empresario y deja de crear arte, se decía. No voy a disertar aquí y ahora sobre el tema, pero no me negarán que algo de razón lleva.
El Adversario de Carrère me impactó. No sólo la frialdad del protagonista, que en 1993 mató a su mujer, sus hijos y sus padres, sino el hecho de que alguien pueda vivir tantos años fingiendo ser quien no es; engañando a amigos, vecinos, a su propia familia y además llevar un buen nivel de vida sin trabajar.
Después de Carrère he leído otro libro que me han regalado, el último de Paul Auster, Diario de invierno. Un libro seductor, aunque esperaba mucho más (casi todo lo que cuenta ya se sabía), lo leí en un par de días.
Enorme es (en todos los sentidos) Stone Junction de Jim Dodge del que sólo cito una frase y más adelante, quizá, me atreva a hacer una reseña:
Los jefes del mundo no pueden hacerte nada que tú no puedas impedir que te hagan. Todos nos merecemos a nosotros mismos.
El siguiente ha sido también un regalo, de una amiga invisible, @Rosalia_RT. Lo más curioso es que los dos, yo sin saberlo, citamos la misma frase:
Debería
tener en cuenta que las cosas que oímos por encima cuando el que habla
no lo sabe adquieren un tinte de seriedad y siempre suenan peor de lo
que en realidad son.
Se trata de una novela
de Muriel Spark, una escritora de la que yo no sabía absolutamente nada. El asiento del conductor, una novela breve, intensa y con giro inesperado.
Y ahora estoy con varios, para no perder la costumbre. Después de leer en menos de tres días las memorias de Patti Smith, Éramos unos niños, de la que aún me estoy recuperando, me he lanzado con la poesía de Rimbaud:
Por la mañana tenía la mirada tan perdida y el continente tan muerto,
que los que he encontrado quizás no me han visto.
De Patti Smith y sus memorias ya hablaré también más adelante, en una entrada dedicada sólo a ella, pero sí puedo decir que es un libro con el que he aprendido, he llorado y he sonreído, es una gran lección de instantes de amistad. Si con Stone Junction entran ganas de salir a pasear desnudo bajo la lluvia de primavera, con Éramos niños apetece escuchar las canciones de Patti Smith y bailar descalzo.
Ahora estoy en la recta final de Entre paréntesis de Bolaño, y, empiezo Babel, también de Patti Smith, del que quiero compartir un pequeño fragmento que para mí es puro arte, puro sueño:
creo que fue sábado, el día del descanso, cuando se inventaron las dificultades. el creador cayó dormido y soñó. fue el primer durmiente y el primer sueño. el sueño de dios. la caja de pandora primordial. del inconsciente del espíritu brotaron monstruos y artistas. los maestros y el arcángel.
Vivimos muy largo tiempo en nuestra imaginación, porque el desplazado es la alternativa ligera y corazonal. el desplazado es alguien sincero y preocupado y lleno de sangre brillante. pero para mi padre, el irrevocable extraño, no hay lugar donde ir. no aceptado por el mundo real y traicionado por el divino, se ha hundido en un estado de atrofia. un trofeo es un premio estacionario. es el junkie deviniendo junk el soñador haciéndose sueño. es la propia obra maestra. un trofeo. atrofia.