A word is dead
When it is said,
Some say.
I say it just
Begins to live
That day.
Algunos dicen
la palabra muere
al ser dicha.
Yo digo que empieza
a vivir
ese día.
(Traducción de Silvina Ocampo)
Emily Dickinson pasó gran parte de su vida recluida en una habitación de
la casa de su padre en Amherst, y, excepto cinco poemas (tres de ellos
publicados sin su firma y otro sin que la autora lo supiera), su ingente
obra permaneció inédita y oculta hasta después de su muerte.
Poemas de Emily Dickinson en inglés
Antología de paso, de Enrique Lihn
Gracias a Roberto Bolaño, a su ensayos y novelas, he descubierto a otros escritores, muchos de ellos poetas. Por ejemplo, su gran amigo Mario Santiago Papasquiaro, cuyo verdadero nombre era José Alfredo Zendejas Pineda (México, D. F., 25 de diciembre de 1953 - 10 de enero de 1998), fundador del movimiento infrarrealista junto a Roberto Bolaño y al que muchos conocimos en la novela "Los Detectives Salvajes" como Ulises Lima.
Me he interesado por el chileno Nicanor Parra, que para Bolaño era el mejor poeta vivo en lengua española y, también, por otro compatriota chileno, Enrique Lihn del que elogió su obra.
De éste último estoy leyendo "Antología de Paso", un pequeño poemario de 74 páginas que reúne cronológicamente los distintos formatos en que Lihn ejerció la poesía. Se revisa por completo su obra poética, incluyendo algunos poemas publicados por primera vez en esta edición y que datan de 1952.
Podemos leer en el breve pero magnífico prólogo a cargo de Roberto Merino y Matías Rivas, que en su poesía hay un modelo de fondo que le proporciona a las palabras el aliento vital: la relación entre viaje y memoria estampada en la escritura como señal equívoca de la realidad.
Nos encontramos ante un poeta sarcástico, contradictorio y con un gran sentido del humor. También leemos en el prólogo que estos poemas son una muestra irrefutable de que Lihn fue siempre en la escritura, dueño y señor del conjunto de sus propias incertidumbres, según la definición de estilo que él mismo se adjudicó.
Debo decir que los poemas que he leído hasta el momento me han llevado a episodios de mi infancia y adolescencia, a mis primeras relaciones sexuales, a sensaciones que había olvidado; he leído sentencias que haría mías: "Y habrá pasado todo ese futuro que sólo fue un instante de tiempo reunido durante nuestro encuentro, habrá pasado lo que nunca llegara a suceder, eso que, sin embargo, como un eje a sus ruedas nos reúne, fundiendo nuestros viajes paralelos..."
He leído aquello que quisimos oír cuando éramos inexpertos amantes adolescentes y que nos gusta pensar que así nos recuerdan: "¿Qué esperas para entrar? Han pasado los años pero odio todavía tu bello titubeo. No he podido olvidarte. Estoy desnuda".
De wikipedia: Enrique Lihn Carrasco falleció en Santiago de Chile el 10 de julio de 1988, víctima de cáncer. Hasta el último momento de su vida estuvo escribiendo. Su libro Diario de muerte (1989) fue publicado, por encargo suyo, por sus amigos Pedro Lastra y Adriana Valdés, quienes reunieron, transcribieron y ordenaron los poemas que dejó al morir. El título fue puesto por él mismo en el cuaderno donde los reunió.
Precisamente el poema que más me ha gustado pertenece a "Diario de muerte", uno de los últimos que escribió:
"Hay sólo dos países"
Hay sólo dos países: el de los sanos y el de
los enfermos
por un tiempo se puede gozar de doble
nacionalidad
pero, a la larga, eso no tiene sentido
Duele separarse, poco a poco, de los sanos a
quienes
seguiremos unidos, hasta la muerte
separadamente unidos
Con los enfermos cabe una creciente
complicidad
que en nada se parece a la amistad o el amor
(esas mitologías que dan sus últimos frutos
a unos pasos del hacha)
Empezamos a enviar y recibir mensajes de
nuestros verdaderos conciudadanos
una palabra de aliento
un folleto sobre el cáncer.
Me he interesado por el chileno Nicanor Parra, que para Bolaño era el mejor poeta vivo en lengua española y, también, por otro compatriota chileno, Enrique Lihn del que elogió su obra.
De éste último estoy leyendo "Antología de Paso", un pequeño poemario de 74 páginas que reúne cronológicamente los distintos formatos en que Lihn ejerció la poesía. Se revisa por completo su obra poética, incluyendo algunos poemas publicados por primera vez en esta edición y que datan de 1952.
Podemos leer en el breve pero magnífico prólogo a cargo de Roberto Merino y Matías Rivas, que en su poesía hay un modelo de fondo que le proporciona a las palabras el aliento vital: la relación entre viaje y memoria estampada en la escritura como señal equívoca de la realidad.
Nos encontramos ante un poeta sarcástico, contradictorio y con un gran sentido del humor. También leemos en el prólogo que estos poemas son una muestra irrefutable de que Lihn fue siempre en la escritura, dueño y señor del conjunto de sus propias incertidumbres, según la definición de estilo que él mismo se adjudicó.
Debo decir que los poemas que he leído hasta el momento me han llevado a episodios de mi infancia y adolescencia, a mis primeras relaciones sexuales, a sensaciones que había olvidado; he leído sentencias que haría mías: "Y habrá pasado todo ese futuro que sólo fue un instante de tiempo reunido durante nuestro encuentro, habrá pasado lo que nunca llegara a suceder, eso que, sin embargo, como un eje a sus ruedas nos reúne, fundiendo nuestros viajes paralelos..."
He leído aquello que quisimos oír cuando éramos inexpertos amantes adolescentes y que nos gusta pensar que así nos recuerdan: "¿Qué esperas para entrar? Han pasado los años pero odio todavía tu bello titubeo. No he podido olvidarte. Estoy desnuda".
De wikipedia: Enrique Lihn Carrasco falleció en Santiago de Chile el 10 de julio de 1988, víctima de cáncer. Hasta el último momento de su vida estuvo escribiendo. Su libro Diario de muerte (1989) fue publicado, por encargo suyo, por sus amigos Pedro Lastra y Adriana Valdés, quienes reunieron, transcribieron y ordenaron los poemas que dejó al morir. El título fue puesto por él mismo en el cuaderno donde los reunió.
Precisamente el poema que más me ha gustado pertenece a "Diario de muerte", uno de los últimos que escribió:
"Hay sólo dos países"
Hay sólo dos países: el de los sanos y el de
los enfermos
por un tiempo se puede gozar de doble
nacionalidad
pero, a la larga, eso no tiene sentido
Duele separarse, poco a poco, de los sanos a
quienes
seguiremos unidos, hasta la muerte
separadamente unidos
Con los enfermos cabe una creciente
complicidad
que en nada se parece a la amistad o el amor
(esas mitologías que dan sus últimos frutos
a unos pasos del hacha)
Empezamos a enviar y recibir mensajes de
nuestros verdaderos conciudadanos
una palabra de aliento
un folleto sobre el cáncer.
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Enrique Lihn,
Libros,
Poesía,
Roberto Bolaño
7
El 7 es mi número favorito desde hace muchos años, tantos que ni me acuerdo. No es por una razón en concreto, solo que un día preguntaron y me salió ese número. No recuerdo quién lo preguntó, sólo sé que mi hermana dijo el 5 y yo el 7, un amigo dijo el 11.
Mi color favorito es el verde y, curiosamente, asocio el número 7 a ese color. Me consta que no soy el único que hace ese tipo de asociaciones, hay quien relaciona el 3 con el amarillo.
He curioseado en wikipedia y al número 7 le dedica un artículo nada desdeñable: http://es.wikipedia.org/wiki/Siete
Dentro de ese artículo hay una sección que lleva por título "Concurrencias del número 7 en la cultura", y, en esa sección, paradójicamente, el punto que menos me ha gustado es el 7, el que dice que según la Biblia el siete es el número perfecto, cuando todo el mundo sabe que la perfección no existe, no es nada elegante sentirse perfecto o que se consiga la perfección, prefiero la humildad, siempre deben haber obstáculos que superar, de lo contrario habría un límite. En cambio hay un punto, en dicha sección, que define muy bien mi momento actual, es el punto 14, justo el número del día que nací y el doble de 7: "Cada 7 años el ser humano experimenta cambios significativos en su desarrollo personal". No sé si coincide en el tiempo, es decir, si siete años atrás experimenté algún cambio relevante en mi vida, a no ser que ... ah, ¡claro! ¿Cómo se me ha podido pasar? Hoy se cumplen siete años desde que se puso en funcionamiento este blog.
Al principio LilVia se alojaba en Microsoft Live Spaces y muchos artículos que colgué allí los pasé más tarde a Blogger. Siempre quise que esto fuese como un diario personal, un lugar donde colgar fotos, mis escritos, alguna reseña de discos y libros... Con el tiempo parece que va tomando forma de blog literario, y eso es algo que no quisiera, así que en breve volverán mis textos sencillos, mis discos revisitados y mis opiniones sobre todo aquello que me apetezca. Eso sí, quiero agradecer a todos los que lo visitan y dejan comentarios, sois en los que pienso cuando escribo mis cosas aquí.
En todos estos años han ocurrido cosas muy buenas y otras mejores. También ha sucedido lo inevitable: la muerte de seres queridos, momentos bastante duros que por supuesto me han trastornado pero que todos debemos pasar.
También tuve mi año de cáncer, fue en 2009. Por culpa de la quimioterapia no pude leer todo lo que hubiese querido, mi aliada y enemiga al mismo tiempo; la que me curó y, gracias a la que sigo aquí, era también la que me privaba de mi capacidad de concentración. Estaba guapo en 2009, sino mira la foto:
En fin, que estoy satisfecho con el blog, y contento con lo que recibo de él, las visitas (¡más de 72.000! y otra vez el 7, qué locura), los comentarios, los seguidores... Pero aún estoy más satisfecho con mi vida, la que me permite que escriba en él, que lea, que disfrute del momento y me haya hecho el mejor regalo que nadie pueda recibir. Sí, en abril de 2013 cumplo 40 años, pero antes, en marzo, voy a ser padre, vamos a ser padres Silvia y yo. Silvia, es la del 3 y el color amarillo, Silvia es la que estuvo a mi lado y consiguió que sintiera que el cáncer sólo eran unas vacaciones. Así que ella es una de las responsables de que todo adquiera sentido, de que siga saltando obstáculos, es la que provocará un cambio significativo en mi desarrollo personal.
T'estimo, us estimo.
Mi color favorito es el verde y, curiosamente, asocio el número 7 a ese color. Me consta que no soy el único que hace ese tipo de asociaciones, hay quien relaciona el 3 con el amarillo.
He curioseado en wikipedia y al número 7 le dedica un artículo nada desdeñable: http://es.wikipedia.org/wiki/Siete
Dentro de ese artículo hay una sección que lleva por título "Concurrencias del número 7 en la cultura", y, en esa sección, paradójicamente, el punto que menos me ha gustado es el 7, el que dice que según la Biblia el siete es el número perfecto, cuando todo el mundo sabe que la perfección no existe, no es nada elegante sentirse perfecto o que se consiga la perfección, prefiero la humildad, siempre deben haber obstáculos que superar, de lo contrario habría un límite. En cambio hay un punto, en dicha sección, que define muy bien mi momento actual, es el punto 14, justo el número del día que nací y el doble de 7: "Cada 7 años el ser humano experimenta cambios significativos en su desarrollo personal". No sé si coincide en el tiempo, es decir, si siete años atrás experimenté algún cambio relevante en mi vida, a no ser que ... ah, ¡claro! ¿Cómo se me ha podido pasar? Hoy se cumplen siete años desde que se puso en funcionamiento este blog.
Al principio LilVia se alojaba en Microsoft Live Spaces y muchos artículos que colgué allí los pasé más tarde a Blogger. Siempre quise que esto fuese como un diario personal, un lugar donde colgar fotos, mis escritos, alguna reseña de discos y libros... Con el tiempo parece que va tomando forma de blog literario, y eso es algo que no quisiera, así que en breve volverán mis textos sencillos, mis discos revisitados y mis opiniones sobre todo aquello que me apetezca. Eso sí, quiero agradecer a todos los que lo visitan y dejan comentarios, sois en los que pienso cuando escribo mis cosas aquí.
En todos estos años han ocurrido cosas muy buenas y otras mejores. También ha sucedido lo inevitable: la muerte de seres queridos, momentos bastante duros que por supuesto me han trastornado pero que todos debemos pasar.
También tuve mi año de cáncer, fue en 2009. Por culpa de la quimioterapia no pude leer todo lo que hubiese querido, mi aliada y enemiga al mismo tiempo; la que me curó y, gracias a la que sigo aquí, era también la que me privaba de mi capacidad de concentración. Estaba guapo en 2009, sino mira la foto:
Fin de año 2009 |
Octubre 2010 |
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