Doctor Pasavento de Enrique Vila-Matas


Paseábamos por la llamada alameda del fin del mundo, cuando me preguntaron:
-¿De dónde viene tu pasión por desaparecer?
Era una de mis voces la que preguntaba, una voz interior sobrevalorada, como bien dijo en una ocasión -en un tweet, para ser más exacto- mi amigo visible Gancedo. Una de tantas voces que viaja y decide por su cuenta, siguiendo o persiguiendo, eso sí, a otras voces, pensamientos y decisiones ajenas.
-¿De eso trata Doctor Pasavento? ¿de seguir voces?
De nuevo mi voz interior es la que pregunta. Habrá opiniones distantes sobre esta novela-ensayo-biografía, le digo.
En la lectura conjunta que hemos hecho a través de twitter con el hastag #lecturapasavento, hay comentarios al respecto, como el que hace @Gancedo "me dio mil ideas de lectura. Ahora empiezo Fuga sin fin de Joseph Roth" o el de @Joanfelizz "la verdad que #lecturapasavento es una librería abierta".
No puedo estar más de acuerdo con ellos, y es que al leer Doctor Pasavento uno quiere leer Fuga Sin Fin de Joseph Roth, Los Hermosos Años del Castigo de Fleur Jaeggy y, muy especialmente, toda la obra de Robert Walser. @Lilvia “Ya leí Jakob Von Gunten, ahora quiero leer los 3 Microgramas. Un libro lleva a otros y con #lecturapasavento aún más".
También coincido con @Offuscatio cuando dice "Cada página, un nuevo marcador". Yo nunca había marcado tantas páginas de un libro, mi ejemplar de Doctor Pasavento parece un acordeón, quizá debí marcar con un rotulador fluorescente, en lugar de doblar las hojas, los numerosos aforismos, los lugares que se cita y que quiero visitar y los autores y novelas que Vila-Matas menciona en la novela.
-¿Sabes qué te ocurre? Que no sabes cómo definir Doctor Pasavento, de la misma manera que no sabes qué responder cuando te preguntan por qué te gusta tanto Enrique Vila-Matas.
Ésta es otra de mis voces o personalidades, una que sólo viene cuando tiene ánimo de ponerme en evidencia.
Sí, quizás no sé explicar por qué me gusta Vila-Matas, ni tampoco sabría decirles qué se van a encontrar en esta magnifica novela, pero sí sé que mientras la he leído - la leo, porque es de esos libros de consulta que uno visita y revisita una y otra vez- lo que de verdad siento es la necesidad de seguir los pasos del Doctor Pasavento. Me gustaría seguirle y empezaría por el Paseo San Juan en Barcelona, después me sentaría en un banco de la catedral de Sevilla y después, desde la ventana del Hotel Suède, observaría la rue Vaneau y escribiría sobre cómo paso el día en París, percibiría el sonido a punto de estallar contenido en esa calle y compraría aspirinas a la dependienta de la farmacia Dupeyroux (deseo encontrarme con la segunda dependienta, la más ácida) y buscaría libros en la librería La Hune en el 170 del Boulevard Saint-Germain, y, si hubiese suerte, intercambiaría algunas palabras con el clochard ilustrado. Iría a Suiza, otra vez siguiendo los pasos de Pasavento que a su vez seguiría los pasos de Walser, y llegaría hasta el lugar exacto -con nieve o sin ella- donde hallaron muerto al autor de Jakob Von Gunten. Luego, allí en Herisau, visitaría el centro psiquiátrico -si me lo permitiesen- y al final, mostraría al escritor más conocido de un lugar solitario, mis microgramas escritos con un lápiz en papelillos y en letra muy menuda, o lo que vienen a ser mis posts, que la mayoría de veces escribo para mí pero con el deseo de que alguien capte mis segundas intenciones y donde casi siempre fracaso. Pero en fin, como digo, me gustaría ir tras los pasos de Pasavento, Walser y Pynchon, y oír las voces de Humbol e Ingravallo, y en una callejuela húmeda, oscura y estrecha, sin sonidos ni palabras, dejar que aparte se quedasen ya.

Doctor Pasavento quiere desaparecer y al mismo tiempo quiere ser hallado, quiere dejar de escribir pero lo hace escribiendo; quiere que no lo encuentren pero se siente molesto cuando se percata que no le echan de menos una vez ha desaparecido; le duele saber que no tiene a nadie; su lucha constante con infinitas desapariciones y apariciones, poniendo a prueba a sus conocidos, consultando su correo electrónico, para darse cuenta que nadie se percata de su desaparición, que nadie le busca.... En definitiva, lo que más le duele es que se le hace absolutamente imposible desaparecer y que los demás sientan por él lo mismo que él siente por Walser-Pynchon-Salinger. 
Doctor Pasavento es una Lectura que lleva a otras lecturas, aunque también es una suerte de biografía de Robert Walser. 

- Jakob Von Gunten, El Ayudante, El Paseo, Vida de Poeta, Los Hermanos Tanner, El Bandido, Escrito a Lápiz. Microgramas I, II, III. - Robert Walser
- Paseos Con Robert Walser - Carl Seelig
- Fuga Sin Fin - Joseph Roth
- Los Hermosos Años del Castigo - Fleur Jaeggy
- Mis Amigos - Emmanuel Bove
- Obra poética y narrativa de Miquel Bauçà
- Un Lento Aprendizaje, Mason y Dixon - Thomas Pynchon

“Ya en el hotel, frente al fuego, hemos vuelto a Descartes, al solipsismo, a la idea del yo y el otro... Nuestro sentido del yo está formado por el inacabable monólogo, las conversaciones que mantenemos con nosotros mismos y que duran toda la vida.” "La soledad es el afrodisíaco del espíritu, como la conversación lo es de la inteligencia."  

En #lecturapasavento y en Café Literario Hay más aforismos y opiniones. Ha sido un placer comentar la lectura con todos ellos, gracias.

En Alas de la Mentira de Radio Futura

En octubre de 2009 escuché esta canción hasta la saciedad, me ayudó.
Radio Futura siempre ocupó un lugar destacado en mi memoria musical, los vi en directo cuando era un adolescente, fue a uno de los primeros conciertos que asistí.
Enrique Sierra se ha ido y con él se va uno de los grandes. Gracias por hacerme bailar al borde del tejado.

La mentira es algo que se esconde
Para no tener que existir
No hay por qué desconfiar si la locura
Ha decidido ya por ti

Cierro los ojos y bailo
Al borde del tejado
¿Podría volar?

Ha venido un ángel, el cielo existe
Ya no tengo más que perder
Mis presentimientos han estado
Puliendo la verdad

Cierro los ojos y bailo
Al borde del tejado
¿Podría volar?

Los sueños desbordan al tiempo
Que la vida no puede medir
Ahora ya que importa si un día
Tuviera que morir

Cierro los ojos y bailo
Al borde del tejado
¿Podría volar?


(Letra y música Enrique Sierra y Santiago Auserón)


Los Detectives Salvajes ¿Qué hay detrás de la ventana?

Ya acabé de leer Los Detectives Salvajes, aunque decir acabar no es apropiado para este libro. No creo que se pueda terminar, en todo caso sí se puede volver a empezar, leer tantas veces como quieras y seguir aprendiendo. Son tantas las referencias que aparecen en él, que el título del mismo adquiere todo su sentido cuando te acabas convirtiendo tú (lector) en parte fundamental de la trama; te proclamas uno más de los detectives (siempre y cuando te hayas querido involucrar y hayas entendido las intenciones de Bolaño). Yo creo haberle entendido, y de no ser así aún sigo ahí, disfrutando de la investigación dentro de la investigación de los que investigan y a los que investigan. Mi lectura personal, aunque sea sin el libro entre mis manos, sigue, y es así mientras leo poemas de Mario Santiago (Ulises Lima), y cuando leo cuentos, poemas y ensayos de Roberto Bolaño;  incluso cuando he vuelto a leer la parte de Soldados de Salamina de Javier Cercas en la que aparece un escritor chileno que reside en Blanes y que se llama Roberto Bolaño, y también sigue mientras encuentro a poetas "visceralistas" (infrarrealistas) en la red:

Mario Santiago Papasquiaro (1953), el mítico Ulises Lima de Los detectives salvajes,  fundó en 1975 el movimiento Infrarrealista junto al escritor chileno Roberto Bolaño. Durante décadas la obra de Mario Santiago habitó el olvido, en el 2008 el Fondo de Cultura Económica publicó en España Jeta de Santo, una antología que reúne poemas que escribió entre 1974 y 1997.  


He investigado (ya soy un detective más) y he hallado a personajes reales de la novela y algunos de sus poemas, de sus textos, de parte de sus biografías, y todo eso hace aún más interesante a esta obra maestra. Todavía queda mucho por descubrir y mucho por leer. Esa es la grandeza de Los Detectives Salvajes. Podría colgar algunos enlaces que sólo pueden interesar a los que ya han leído la novela y que les llevaría a conocer quién es quién en ella, pero he pensado que de la misma manera que los he encontrado yo, también los podrá encontrar cualquiera que esté realmente interesado en ello.

& este número 13 
Bien lo dice: 
La Poesía mexicana se divide en 2 
La puesía mexicana & el infrarrealismo 
/ Río Tula a remover /

  (Mario Santiago Papasquiaro)
 

VODKA

Fue una mañana de grandes masturbaciones.
Desperté sin haber visto el fósforo del mar
elevado por las olas

Sobre el sillón confortable,
muchachas de boca temblorina
recitaban poemas de Jalil Gibran.
Cerca de las ventanas
los jóvenes en erección partieron a otras galaxias.
Demasiadas curvas habían en sus ojos.
Mi sexo: una libélula pegada  a la roca.

Buenas noches–
Les ofrecí el mineral de mis uñas blandas.
Buenas noches–
Y se fueron a toda velocidad en sus camionetas.

(Vera Larrosa)* 



. 15 de febrero
 


               ¿Qué hay detrás de la ventana?


                                                                                                  (609)

                                                                                                                                        

*"Angélica Font" ganadora del  premio de poesía Laura Damián en Los Detectives Salvajes.