Cuando EMI entra por la puerta, la confianza salta por la ventana

Me imagino a los grandes mandamases de las multinacionales en una de sus reuniones. En ella hablan sobre las causas de su actual y fatal situación:
"-No aprendemos ¡eh! y así nos va. La empresa se va a pique pero aun y así les seguimos tomando el pelo. Llevamos así desde que se nos ocurrió la brillante idea de invertir en tecnología punta con el fin de evitar la grabación de los CD's. El problema (un problemilla de nada) fue cuando el cliente "legal" quería escucharlo en su ordenador o en algunos reproductores incompatibles y les resultaba imposible. El CD simplemente no funcionaba o en el mejor de los casos saltaba o hacía ruiditos que parecían llegar de otras civilizaciones (siempre más avanzadas, claro). Bajaron las ventas, pero no fue por nuestra culpa, no. La culpa siempre es de la gente, de Internet, del uso de Internet y de la facilidad con la que se puede grabar. La facilidad de estafarnos a nosotros que tanto amamos la música y a los músicos. ¿Los precios? ¿El IVA? No, no creo que sea ese el problema."

He satirizado un poco, lo sé. Pero es que al final uno piensa que en ciertas empresas los que mandan sólo se dedican a manejar números y olvidan que viven de los mismos a los que ellos maltratan. Sólo puedo pensar en dos opciones: o son unos aprovechados o están en la inopia. Y casi que me decanto por la primera...
No creo que se paren a reflexionar lo que nos supone, con nuestros sueldos, comprar toda la música que nos gustaría.
Piensan que nosotros (el cliente final, el que se gasta el dinero en discos) es imbécil. Deben creer que cuando se deja de comprar discos es para robar. Esa es la idea que tienen de compartir. Perdonen, pero me gasto mucho dinero en libros y discos y creo que merezco más respeto. De vez en cuando comparto música, sí. Desde los doce años compro y comparto. ¡Al paredón!

¿Qué te parece? Y eso que aún ni he mencionado a los cerebros que mandan en la SGAE.
Todo esto viene a cuento por una de mis últimas adquisiciones. Acabo de recibirlo. Lo he comprado en unos grandes almacenes (esos que tienen escaleras mecánicas) por 29.95 €. ¡Ofertón! Se trata de un box set con la discografía completa de El Último de la Fila en edición de vinilo y con una tirada de sólo 2000 ejemplares que salió a la venta el 1 de diciembre del 2009 (el mío es el número 01694):

 

-Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana
-Enemigos de lo ajeno
-Nuevas mezclas
-Como la cabeza al sombrero
-Nuevo pequeño catálogo de seres y estares
-Astronomía razonable
-La rebelión de los hombres rana




Me ha salido muy bien de precio, todavía se vende en otras tiendas por mucho más de 100 €. Pero como siempre, hay peros... Por suerte yo he gastado poco dinerito, pero cuando pienso en los que se han llegado a gastar 150 euros o más, me entra una mala leche que no la puedo controlar...

Primera decepción: las portadas han sido escaneadas y se ven los títulos borrosos, sobre todo en las contraportadas. Y no, no se trata de mi astigmatismo.
Segunda decepción: los lp's no son de 180 gramos, como los anuncian, ni de coña. Todavía los sé diferenciar.

Luego está la desidia con la que se hacen este tipo de cosas: ¿sólo los LP's? Podrían haber añadido algún extra como hicieron con la edición en CD. Algo que hiciese de esta caja para coleccionistas más atractiva: un dvd, un libro o un disco que incluyera versiones maxi o rarezas (que las hay y muchas)...

Por suerte, tengo los lp's originales que he ido conservando y comprando de segunda mano. La diferencia es notable y sale perdiendo la nueva edición, a excepción de los discos que tengo más masacrados que obviamente suenan más apagados.
Así que si he de poner nota a EMI, la discográfica que ha cometido esta falta de respeto hacía un grupo tan importante y a sus seguidores, le pondría un 0 patatero. Considero que esta reedición es una chapuza que no comete ni la editorial más humilde. He comprado vinilos recientemente de 180 gramos como el de Amaro Ferreiro y la diferencia es abismal.

En mi opinión si a las discográficas les va mal es porque se lo han buscado y por tanto se lo merecen y si siguen a flote es gracias a nosotros, porque, aunque estamos cansados, siempre caemos en alguna tentación. Han tenido tiempo de sobra para recapacitar, para reconducir su negocio y satisfacer a los clientes. En lugar de eso, discográficas como EMI, siguen dando gato por liebre.
De momento lo único positivo de este box set de El Último es que los vinilos son nuevos y que me ha salido barato.

De Truman Capote

No lo he podido evitar. Me he detenido en este pasaje como si se tratara de un poema. Cómodo, como si ya lo hubiese leído antes y sólo estuviera recordando. Creo que durante el trayecto a Barcelona lo he releído, desde Sant Cugat hasta Valldoreix, unas cinco veces.
Hay momentos que uno quiere y debe compartir, y ésta es otra forma de mostrar amor.



-Permíteme que empiece diciéndote que yo estaba enamorado. Una confesión corriente, es verdad, pero no un hecho ordinario, porque muy pocos aprendemos que amor es ternura y que ternura no es, como muchos sospechan, piedad. Y somos poquísimos los que sabemos que la felicidad en el amor no es la concentración absoluta de todas las emociones en otro. Siempre hay que amar muchas cosas de las que el amado no es más que un símbolo. Los verdaderos amados del mundo son, a ojos de sus amantes, lilas en flor, fanales de barcos, campanas de escuela, un paisaje, conversaciones recordadas, amigos, el domingo de un niño, voces perdidas, el traje favorito, el otoño y las demás estaciones, la memoria, sí, porque es la tierra y el agua de la existencia, la memoria. La lista es nostálgica, pero ¿dónde podría encontrarse un tema más nostálgico?

Otras voces, otros ámbitos (1948) página 144

Primer aniversari

No recordo dates importants.
En general totes les dates les oblido: aniversaris, sants, qualsevol dia assenyalat. També he oblidat alguns llocs on he estat i de vegades recordo les cares però no els noms de la gent que saludo o m'hi passo una estona xerrant pel carrer, però aquesta és una altra història.
Oblits. Espais de la teva vida que si no els recorda ningú s'han perdut per sempre.
Per això moltes vegades m'identifico amb certa facilitat amb personatges ficticis que tenen com a nexe comú problemes mentals, com el paio de Memento en Leonard Shelby (ho he consultat a Internet) o en Fred Madison (aquest no l'oblido mai, surt a la meva pel·lícula preferida) o en Tyler Durden entre d'altres...
Crec que amb el temps també oblidaré els detalls de tres dies de juny del 2009 que tan importants han estat a la meva vida. En aquest cas potser només hauré de consultar la meva agenda i resoldré el dubte. O potser tornaré a llegir aquest escrit i tot tornarà a la meva ment fil per randa... De totes maneres hi ha coses que les vull recordar a la meva manera i no necessàriament com han passat (aquesta frase és d'en Fred Madison i me la sé de memòria).
La qüestió és que ara mateix recordo el transcurs d'aquests tres dies i que els vull celebrar. Per començar m'he regalat un parell de llibres i una col·lecció de vinils de 180 grams. Tot a un preu que fa riure i estalviant-me, a més a més, les despeses d'enviament. Estic llegint i escoltant música més que mai; com si demà s'hagués d'acabar el món. Però sense pànic, sense pressa. Gaudint.
No celebro el que ha passat. Celebro com ha passat. Com vaig assimilar en un minut el que les substàncies químiques trigarien gairebé un any a curar (mig any destrossant, mig any recuperant).
Celebro haver conegut de veritat als que m'estimen i m'estimo i, també celebro, saber amb qui no podré comptar.
El 17, 18 i 19 de juny del 2009 són importants, però també el 20. El dissabte 20 de juny vaig anar a examinar-me de nivell D de català a Vinaròs (el vaig suspendre però en vaig sortir molt satisfet. No vaig presentar-me al segon examen perquè va ser al novembre i en aquell moment ja no estava en condicions físiques per viatjar).
Total, que ja ha passat un any.
En un sospir.
I en aquest temps he après tant i tot tan bo que no vull deixar que s'escapi res. L'embranzida que he pres des del 19 de juny va perdent velocitat, inevitable, sempre hi ha obstacles pel camí, però ja res és com abans de la sortida: tot canvia de perspectiva, tot es relativitza...
Potser oblidaré en detall aquests dies però no l'esperit: rebo una sorpresa cada dia. El quid està en no esperar res.
Des d'aquí vull donar les gràcies a La Fundació Lliga Catalana d'Ajuda Oncològica Oncolliga, fan una tasca realment important.

Llega mi estación después de bailar en sueños con Cracker

Qué se puede escribir sobre la lluvia que no se haya escrito ya. Se ha hablado mucho sobre el fenómeno, y no siempre mal, en infinidad de canciones, poemas, cuentos, películas y en los diarios; sobre todo en el parte meteorológico bajo el recurrente título de El Tiempo.

Cuando viajo en tren en un día de lluvia mi mente viaja a Japón.
Mi cuerpo por un lado, mi cabeza por otro.
Mis sueños japoneses se parecen mucho más a los momentos de "La Caza del Carnero Salvaje" de Murakami que a los de "Mapa de los Sonidos de Tokio" de Coixet, pero no por las razones obvias sino porque el primer guión es más sobrenatural y cercano a la naturaleza y el segundo menos natural y más lejano a la naturaleza.



Para que mis abstracciones sean tan reales también aparecen tiendas de discos y sonidos estridentes procedentes de los establecimientos de Shibuya, y flipo con las máquinas expendedoras donde uno puede comprar ese delicioso y refrescante té verde que ya podrían hacernos llegar por aquí como nos hacen llegar la Coca-cola. Pero lo que más me gusta de mis sueños japoneses es que paseo durante horas y no me canso nunca porque es un sueño y porque es Japón y porque bajo una fina lluvia entre jardines y templos oyendo el ruido que hacen las piedras del camino al pisarlas, inspiro profundamente y siento algo que jamás he sentido en otro lugar.

Esa sensación vuelve a mí en los días de lluvia cuando observo desde la ventanilla del tren casas de madera semi escondidas entre el follaje de árboles y arbustos y plantas de todo tipo difuminadas por el efecto de la cortina de agua que va cayendo lentamente sin cesar y por culpa también de mi reciente astigmatismo. Cada vez que se abren las puertas del vagón y llega a mí el olor a humedad del bosque y en mi mp3 suena Bill Callahan... ¡Bill Callahan! ejem... no no no, me encanta esta canción de verdad, "Too many birds"... pero ahora no toca... en fin, uno pierde el hilo con cierta facilidad y... ¿qué? Ahora, ahora... ¡Cracker! ¡Brutal! que discazo el de David Lowery y compañia: "Sunrise in the Land of Milk and Honey"... Si empezase a sonar ahora mismo aquí, en este tren lleno de caras largas y mala folla (sólo sonrío yo y sólo cuando leo a Woody Allen), el "Turn on Tune In Drop Out With Me" empezaría a saltar y a cantar como en los (no tan viejos) tiempos en el Comanou cuando, casi todos los fines de semana, pinchaba una canción que me volvía loco y salía a bailar a la pista en mitad de clientes y amigos y nunca disfruté tanto bailando como entonces y...  PROPERA ESTACIÓ PROVENÇA ...llega mi estación... se acaba mi abstracción... empieza la canción... aún quedan seis minutos a recorrer a pie antes de que aparezca ante mí la Casa Milà y abandone por unas horas los sueños...

¿sSSueños?

Cada madre hacía el bocadillo con su toque personal

Los chistes en bici mientras pedaleas por un camino empinado de montaña son tan peligrosos como cuando te los cuentan mientras flotas en mitad de una piscina o del mar. Inevitablemente pierdes fuerza y corres el riesgo de quedarte clavado en el primero de los casos, con lo cual resulta imposible avanzar y debes seguir a pie hasta llegar a un tramo más llano. En el segundo caso corres el riesgo de ahogarte de la risa y eso es mucho peor. Si te ahogas te mueres.

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