Mil Violines de Kiko Amat

Cuando lo empecé a leer pensé que me hubiese venido bien un CD que lo acompañara con las canciones que va mencionando Kiko Amat en este maravilloso Mil Violines. Ahora mi opinión es algo distinta... Lo suyo sería algunos cassettes recopilatorios, pero ya no uso ni poseo platina, así que ya he empezado a buscar los temas y grupos que nunca he escuchado y que aparecen en estas crónicas sobre pop y humanos.
Hojeando el libro por encima decidí comprarlo sin dudar por razones obvias: Vonnegut, Brautigan, Bukowski, Morrissey, Astrud, El Último de la Fila, Joy Division, Miqui Puig, The Go-Betweens... Vonnegut otra vez... Todos en el mismo libro y además escrito por el autor de Cosas que hacen BUM.
Mil Violines ya es mi Libro de cabecera, si es que existe eso que llaman un libro de cabecera y que se entiende como libro que quieres consultar una y otra vez. Para mí este Mil Violines de Kiko Amat lo es y lo será durante mucho tiempo porque habla de música y libros, músicos y escritores. Habla de Breakdance, de Beat Street. Habla de la soledad del DJ. Habla de mí y de mis manías.
Soy Yo.
Puedo verme escribiendo casi todo lo que leo en este ensayo sobre el amor a la música. Viene a ser la parte que le faltaba al Alta Fidelidad de Nick Hornby para que me sintiera totalmente identificado con un libro que hable del amor por las cintas y por los discos. Sí ya sé, he dicho ensayo y no novela. Pero casi casi es novela. O que sea lo que quiera, me da lo mismo.
Hay muchas opiniones con las que no estoy de acuerdo, cuenta experiencias que yo no haría ni hubiese hecho con veinte años menos (hice otras), pero en el fondo de lo que habla este libro, que queda perfectamente resumido en estas frases del capítulo 8 y que da título al libro, sí me definen: "Me entristece cuando alguien confiesa abatidamente que nada le sorprende ya en el pop. ¿Vivir así? Debe ser terrible. Yo, en cambio, me sorprendo a menudo. Y me alegra sorprenderme. Me alegra no saber. Me alegra lo que queda por descubrir, me llena de expectación y euforia; pensar en todos esos libros y canciones aún por desenvolver.
No estar de vuelta de todo: qué suerte.
Ser un ignorante en algunas cosas: qué bien.
Estoy seguro de que son este tipo de cosas las que hacen que uno viva cien años. El mantener viva la curiosidad constante."

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