No quería ser menos, yo también quería leer al escritor más aplaudido del momento, ese del que lectores y escritores a los que respeto y admiro tan bien hablan. Así pues, este es mi primer encuentro con Gonçalo M. Tavares. Un libro difícil de clasificar. De hecho en algún lugar he leído que por esta obra recibió en 2006 el Grande Prémio do Conto Camilo Castelo, aunque en la solapa de "Aprender a rezar en la era de la técnica", que será mi próxima lectura del mismo escritor, apuntan que con
este libro ganó el premio revelación de poesía de la asociação
portuguesa de escritores "Camilo Castelo Branco".
El caso es que tanto si se trata de poesía, cuento o microrrelato yo sigo en estado de shock y sólo puedo decir que me ha
fascinado. "Agua, perro, caballo, cabeza" es un libro que a pesar de ser muy corto (24 relatos/poesías repartidas en 79 páginas), y de que aparentemente no te lleva a ninguna parte, te deja una agradable sensación, algo parecido a cuando en la duermevela crees haber dado con la respuesta final, ese momento del sueño en el que has hallado la solución al gran enigma, aunque luego te des cuenta de que sólo era eso, parte de un sueño. En cada relato sucede algo que te golpea la mente de tal manera que pasas del estupor inicial ante todos los interrogantes que se han abierto, a una extraña sensación de pesadilla; escenas que en buena parte me han recordado a "Amberes" de Roberto Bolaño, ese extraño poemario que muchos coinciden en compararlo con el universo pesadillesco de David Lynch.
Encontramos también un buen puñado de máximas, muchas de ellas sobre la muerte. De nuevo la muerte como leitmotiv en uno de los libros que leo este año: "Las únicas ilusiones son sobre los muertos. Consideras que ellos son mejores de lo que realmente son."
"A veces, pensar en eso me calma: puede no ser hoy, pero también vas a morir."
"...son visiones de aquello que ocurrió hace años: los muertos son, en
la cabeza de los vivos, más felices de lo que realmente fueron. Porque
nadie acierta."
Pero hay también en mitad de pasajes macabros, grotescos, otros que resultan extraordinarios, maravillosos, pura poesía:
"No busques en la hierba muda, busca la hierba muda ...estos dos versos los señalé con mi lápiz localizador de bellezas...
"
Ocurre con muchos poemas, canciones o cuentos, que uno sabe que va a volver a ellos. Con "Agua, perro, caballo, cabeza" no sólo porque se pueda leer de una sentada, también por el inmenso placer que a uno le produce descubrir algo distinto, sentirse asombrado de nuevo. Presiento que Gonçalo M. Tavares va a entrar en mi biblioteca con la fuerza que lo hicieron en su momento todas las novelas de Paul Auster, Kurt Vonnegut o Haruki Murakami entre muchos otros. Así lo espero, así deseo que lo lean en el blog.
Reseña de Jose en Libros, cd's, cine...
Abyección
en una ciénaga dos horas antes que el despertador despiertas tú. evocas a Justine. descrédito, humillación. ya, ya, en la vida ocurren cosas más terribles ¡a ti qué te van a contar! pero algo en ese proceso mezquino te impide descansar; qué no dijiste y debiste decir, qué dijiste y debiste callar.
...luchando mucho con este hilo de lana gris que tengo enredado entre mis piernas.
Es muy pesado para andar arrastrándolo.*
*Justine (Kirsten Dunst) en Melancholia
...luchando mucho con este hilo de lana gris que tengo enredado entre mis piernas.
Es muy pesado para andar arrastrándolo.*
*Justine (Kirsten Dunst) en Melancholia
El hombre que gritó la Tierra es plana, de Roberto de Paz
Está siendo un gran año de lecturas. No por la cantidad, que es considerable, sino por la calidad que es lo verdaderamente importante. Mi satisfacción como lector está en uno de los momentos más álgidos que recuerdo. Y es que ya llevo unas cuantas que podrían desbancar mi ranking, mi lista de hits, una lista mental que he confeccionado con las novelas que me han ayudado a sobrellevar esta sana adicción. Una adicción que a su vez me ha salvado en momentos cruciales de mi vida o que me empuja a vivir vidas paralelas, a olvidarme por un tiempo de la "realidad" que nos rodea.
El hombre que gritó la Tierra es plana, la primera novela de Roberto de Paz, no ha impedido que ignore las malas noticias actuales (quien la haya leído comprenderá por qué lo digo), pero sí me ha hecho revivir el efecto que causó en mí la primera vez que leí a Paul Auster, uno de mis autores favoritos, es decir, evadirme y entrar en historias que se ramifican y a su vez éstas llevan a otras -unas pura fantasía e imaginación, las otras reales-. Algunos pasajes me han evocado la magnifica y monumental novela de Michael Chabon, Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay, y me ha parecido encontrar un par de guiños a Vonnegut, y uno a un conocido escritor que también me gusta mucho, en concreto un guiño a su novela más famosa, que no voy a desvelar porque podría arruinar uno de los geniales e inesperados giros de la trama.
Pero además de una gran novela de ficción, en El hombre que gritó la Tierra es plana, subyace una profunda y estudiada reflexión. Una narración hilvanada con la maestría de un escritor curtido, sin fisuras, sin flecos.
Es otra de las novelas en las que la muerte y el suicidio están presentes, y ya llevo unas cuantas este año. En fin, una más en la lista de las que han conseguido que aprenda algo nuevo (lo que ocurrió en Camboya o la anécdota sobre la primera guerra mundial, por ejemplo). En algunos momentos me he visto obligado a meditar con el libro todavía en el regazo, y si a todo eso le sumo solipsismo, distopía, casualidades, recomendaciones literarias, personajes entrañables... estamos, sin duda, ante mi libro de cabecera, una novela sensacional, de las mejores que he leído en mucho tiempo.
Algunas de sus frases:
"Para Camus, el suicidio es el único problema filosófico verdaderamente serio."
"...a veces merece la pena darle una oportunidad a lo improbable."
"...y de ahí, de forma incomprensible, saltamos a Tom Sawyer, El ruido y la furia y Las sirenas de Titán. Vonnegut le volvía loco. Cuando hablaba de literatura abría los ojos y se le iluminaba el rostro...Habría iluminado la ciudad de haberse podido conectar a la red."
"¿Salvarías al mundo ahora que lo has perdido todo?"
El hombre que gritó la Tierra es plana, la primera novela de Roberto de Paz, no ha impedido que ignore las malas noticias actuales (quien la haya leído comprenderá por qué lo digo), pero sí me ha hecho revivir el efecto que causó en mí la primera vez que leí a Paul Auster, uno de mis autores favoritos, es decir, evadirme y entrar en historias que se ramifican y a su vez éstas llevan a otras -unas pura fantasía e imaginación, las otras reales-. Algunos pasajes me han evocado la magnifica y monumental novela de Michael Chabon, Las asombrosas aventuras de Kavalier y Clay, y me ha parecido encontrar un par de guiños a Vonnegut, y uno a un conocido escritor que también me gusta mucho, en concreto un guiño a su novela más famosa, que no voy a desvelar porque podría arruinar uno de los geniales e inesperados giros de la trama.
Pero además de una gran novela de ficción, en El hombre que gritó la Tierra es plana, subyace una profunda y estudiada reflexión. Una narración hilvanada con la maestría de un escritor curtido, sin fisuras, sin flecos.
Es otra de las novelas en las que la muerte y el suicidio están presentes, y ya llevo unas cuantas este año. En fin, una más en la lista de las que han conseguido que aprenda algo nuevo (lo que ocurrió en Camboya o la anécdota sobre la primera guerra mundial, por ejemplo). En algunos momentos me he visto obligado a meditar con el libro todavía en el regazo, y si a todo eso le sumo solipsismo, distopía, casualidades, recomendaciones literarias, personajes entrañables... estamos, sin duda, ante mi libro de cabecera, una novela sensacional, de las mejores que he leído en mucho tiempo.
Algunas de sus frases:
"Para Camus, el suicidio es el único problema filosófico verdaderamente serio."
"...a veces merece la pena darle una oportunidad a lo improbable."
"...y de ahí, de forma incomprensible, saltamos a Tom Sawyer, El ruido y la furia y Las sirenas de Titán. Vonnegut le volvía loco. Cuando hablaba de literatura abría los ojos y se le iluminaba el rostro...Habría iluminado la ciudad de haberse podido conectar a la red."
"¿Salvarías al mundo ahora que lo has perdido todo?"
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