Y si cambio de idea...

Hace un año y medio desde que aplasté mi último cigarro. Entonces me dije que después de aquel no fumaría más y que no me permitiría ni una sola calada. Hice esa promesa, que hasta día de hoy he cumplido a rajatabla, convencido y empujado por la derrota del momento, aunque ahora, pensándolo bien, creo que me precipité en tomar tan firme decisión. No es que me arrepienta de haber dejado el hábito, ni mucho menos. Me siento mejor ahora; es genial degustar otra vez con gran placer la comida. Además ya no me mareo cuando se hace necesario echar a correr (ahora hago deporte y ya no pierdo el tren casi nunca). No, no es eso lo que me agobia. Lo que de verdad me fastidia es haber tomado una decisión inamovible. Nunca me ha gustado prometer nada. Mantener opiniones que no puedan estar sujetas a cambios en el futuro me hacen pensar en regímenes dictatoriales. Me gusta lo que me gusta ahora y he aprendido a aceptar que no me guste lo que me gustó en el pasado. Mi yo de entonces estaría encantado con esa forma de pensar. O no. No lo sé. Respeto las decisiones y los gustos de mis anteriores yoes, pero prometer que nunca más harás alguna cosa es como decir que nunca cambiarás de idea sobre algo aunque se confirme que estabas equivocado.
Ya veo la escena. Yo con ochenta años, en un porche, sentado en una mecedora y sosteniendo un libro. En una mesita hay café y algún licor que todavía no he probado en mi vida. Discuto con el otro yo, el de treinta y seis. Le digo que de ahora en adelante quiero fumar de vez en cuando, que por su culpa me he estado reprimiendo durante más de cuarenta años. Pero el yo de treinta y seis ya no puede opinar al respecto. Aunque seguramente, si pudiera, le diría que es gracias a él que ahora tiene esa calidad de vida, pero que sí, que se fume algún cigarro de vez en cuando y que lo haga a su salud.

2 comentaris:

  1. si arribes a canviar d'opinió serà ben raonada, per tant no passarà res per trencar una promesa.

    Ojalà tothom fos tan curós amb les promeses que fa com el que planteges! segur que tothom prometeria molt menys, perquè és cert que hi ha qui promet molt fàcilment, segurament sense ni pensar si serà capaç de complir el que es proposa

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  2. De vegades es promet per compromís. Crec que és molt cruel demanar que et prometin segons què.
    Rits, gràcies per passar per aquí i deixar comentaris. Una abraçada

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