"Hubo una época, pobre de mí, en que creí que la literatura arrastraría gente, como el rock"
Sólo por el cuento "Diario de Bar" que, a modo de bonus track en un disco, viene justo al final, cuando termina la novela, ya merece la pena poseer este libro. Mi edición es de bolsillo, la primera, que data de octubre de 2008, y aunque no es la edición "bonita" (y eso que la tuve en las manos pero en el último momento la dejé para otro día..), la que vemos en la cubierta a Joyce, Bolaño, Porta y Morrison, una señal de Stop y otra de dirección obligatoria con una pizzería al fondo, ya forma parte de mi preciada pero todavía pequeña colección Bolañiana.
Hay una edición de coleccionista, debe ser la primera de 1984, que en el portal de compraventa de artículos Todocolección se vende a tan sólo 1.200 euros, pero sinceramente prefiero la cubierta del mío, no lo digo por el precio, mi ejemplar es más sobrio y además viene seguido de "Diario de Bar".
El relato, "Diario de Bar", igual que la novela "Los Consejos", también está escrito a cuatro manos (que digo yo que deberíamos decir a dos manos, a no ser que ambos escritores sean ambidextros no logro comprender por qué se suele decir a cuatro manos cuando una obra la llevan a cabo dos escritores y se supone que cada uno escribe con una sola mano... pero en fin, eso es harina de otro costal), y quizá me ha gustado tanto por que me recuerda a Julio Cortázar. Sí, creo que es eso, que hay algo en él que me lleva de nuevo a "Continuidad de los parques" o "La noche boca arriba", dos de mis relatos favoritos de Cortázar.
Y qué decir de "Los consejos", pues que se trata de una buena novela, de eso no cabe duda, pero un servidor debe admitir que la ha leído con mucho cariño, con gran entusiasmo.
Fue el debut literario de Roberto Bolaño y A.G. Porta, pero en él ya vemos muchos de los rasgos característicos que hemos encontrado en la obra de Bolaño, a Porta no lo había leído antes y eso que tengo en mi mesita de noche "Singapur" a la que no tardaré en darle caza, así que de él poco o nada puedo comentar.
Ha sido inevitable recrear en mi mente escenarios de viejas películas de delincuentes de finales de los años setenta, esa corriente también denominada cine quinqui, mientras iba leyendo esta historia de amor y fuga. La banda sonora por supuesto era de Los Chichos, y el tema principal no podía ser otro que "Mujer cruel".
Pero no voy a centrarme en la trama, ni en la delincuencia, ni en las escenas de sexo que en ella aparecen, ni tan siquiera voy a dar los nombres de los protagonistas ni sus motivos para hacer lo que hacen. Tampoco intentaré contar a qué viene lo de Joyce y Morrison en esta historia. Sólo diré que, como siempre, nada es lo que parece, y que en mi opinión todo es... pues eso, una fuga; una fuga real o falsa, una fuga mental de un escritor encerrado en su habitación (el propio Bolaño o Porta), y lo que en realidad vamos conociendo es cómo construye y avanza en su primera novela.