Empezar de cero, de Jimi Hendrix


La gente sigue de luto cuando la gente muere. Eso es autocompasión. Todos los seres humanos son egoístas hasta cierto punto, y por eso las personas se ponen tan tristes cuando alguien muere. Todavía no habían terminado de usarlo. La persona que ha muerto no está llorando. La tristeza está para cuando un bebé nace en este mundo difícil, y la alegría debería mostrarse cuando alguien muere, porque pasa a un estado permanente e infinitamente mejor.
Escucha, cuando muera va a haber una jam. Quiero que la gente se desmelene y se vuelva loca. Y conociéndome, seguro que me arrestarán en mi propio funeral. La música estará alta, y será nuestra música. No habrá ninguna canción de The Beatles, pero sí habrá unas cuantas de Eddie Cochran y un montonazo de blues. Roland Kirk estará allí e intentaré traer a Miles Davis, si le apetece unirse. Por eso casi merece la pena morir. Sólo, por el funeral.
Es gracioso cómo la gente ama a los muertos. Hay que morirse para que piensen que vales algo. Una vez que te has muerto, lo has conseguido de por vida.
Cuando muera, sólo seguid escuchando mis discos.




Me gusta la música y me gusta leer, así que las biografías de músicos me entusiasman. Disfruté y sufrí mucho con la de Billie Holiday, la de Patti Smith y, sobre todo, la de Miles Davis. En el caso de Miles Davis sigo disfrutando porque su discografía es enorme, nunca la acabas. Además aún me queda por leer la que escribió Ian Carr y que empezaré en breve.
Una de las cosas que más placer me da este tipo de libros es escuchar, mientras leo, las canciones que se van mencionando. Así que llevo unos días entre mis viejos discos como "Are You Experienced" o, por primera vez, escuchando temas que no aparecieron hasta hace relativamente poco como "Valleys of Neptune".

Pero "Empezar de cero" de Jimi Hendrix no es exactamente una biografía. Estamos ante una recopilación cronológica de entrevistas, notas que escribía -incluso en servilletas- el propio Hendrix, o cartas destinadas a su familia (que no han dado ninguna autorización, contribución ni ayuda para la elaboración de este libro) y letras de canciones. También hay ilustraciones de Jimi Hendrix creadas por diferentes autores.
El ritmo de lectura es rápido, estamos ante un guión para un documental. Esa era la intención cuando Peter Neal recopiló material audiovisual e impreso de uno de los mejores guitarristas de la historia, un documental que al parecer aún está preparando.
No está mal para conocer un poco a Jimi Hendrix. Para acercarse a sus letras (vienen en castellano e inglés), para saber de primera mano algo sobre su filosofía, sus angustias y deseos.
Pero ni mucho menos es la biografía intensa, exhaustiva, incluso emocionante que a mí me parecieron las que he citado antes.
Una lectura fugaz como la vida de Hendrix. Aunque la diferencia está en que su vida sigue iluminando el camino a muchos músicos. Aún escuchamos sus discos y seguimos alucinando con sus temas, sus riffs y solos de guitarra.
Circulan por aquí Eric Clapton, Bob Dylan, Joni Mitchell, Paul McCartney entre muchos otros músicos. Hendrix habla de ellos y sobre qué opinión le merecen. Tiene gracia cómo defiende a Dylan y su manera de cantar y también el futuro que le augura. La verdad es que el tipo, Hendrix, era todo un visionario. Sobre el tema de las drogas escurre bastante el bulto, es como un niño grande. Y ya hacia el final del libro, y por tanto de su vida, nos sorprende cuando dice que no sabe leer música, que no es buen guitarrista y que quiere aprender.


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