En parte, me siento un intruso al acercarme a un material del que no sabemos si el autor se sentía orgulloso, pero, por otro lado, siento una enorme felicidad por aumentar mi biblioteca personal y poder leer más narraciones del siempre mordaz e irónico Vonnegut.
Los que seguís este blog ya sabéis que es uno de mis escritores favoritos, que por él siento gran devoción y que puedo presumir de haber leído casi la totalidad de lo que ha escrito (en este punto hay que aclarar que aún queda mucho material inédito en castellano y que deseo con todas mis fuerzas que alguien -a ver si lee esto el editor de Malpaso- lo quiera publicar, por poner sólo un ejemplo: "Welcome to the Monkey House").
La segunda sorpresa fue que me llegara a casa (no os podéis imaginar la ilusión que me hizo) y además en una edición tan bonita (las hojas tintadas de naranja en los bordes y de tapa dura). Pero las sorpresas no acaban ahí, y es que el próximo 11 de noviembre en la librería Nollegiu, en Barcelona, se celebra un homenaje coincidiendo con el día que Kurt Vonnegut hubiera cumplido 91 años, un acto que lleva por título 'Matadero Vonnegut', y que se ha organizado por culpa de (y gracias a) la editorial Malpaso, responsables de la publicación de "La cartera del cretino". Así que un servidor se siente más feliz que Tom Sawyer en un día sin colegio.
(Aprovecho, a propósito de lo que voy comentando en esta no-reseña, para ir introduciendo frases, aforismos o sentencias, cómo lo quieran llamar, de mi admirado Vonnegut -lo hago en color naranja para que las puedan identificar y porque, como ya he dicho, es el color que lleva la edición de este libro tintado en los bordes).
Aquí va otra: So it goes (Así fue)
¿Cuántas sorpresas he enumerado ya?
Si esto no es maravilloso, ¿qué lo será?
Pues sí, hay más sorpresas ¿la quinta ya? Y ésta tiene que ver con una de las novelas que más me gustan de entre todas las que publicó Vonnegut y el primer relato que encontramos en "La cartera del cretino". Estoy hablando de "Las sirenas de Titán" (1959), su segunda novela y que ahora sólo se consigue en el mercado de segunda mano o en versión digital, una novela que sí es auténtica ciencia ficción (sigo sin comprender porque se le encasilla en ese género literario, que por otra parte no tiene nada de malo, pero al que obviamente no pertenece). Pues bien, la sorpresa fue al leer el título de ese primer relato del que hablo: "Entre tibio y Tombuctú", (aquí debo hacer un inciso, y es que la traducción del título no es fiel al del original "Between Timid and Timbuktu", que por tanto debería ser "Entre tímido y Tombuctú").
...la primera norma de cualquier curso de escritura creativa, que a mí se me antoja excelente, es: Escribe sobre lo que conoces.
Sí, ese título me sonaba, así que decidí investigar hasta que di de nuevo con él, ¿dónde? Pues "Entre tímido y Tombuctú" es como se titula también el primer capítulo de "Las sirenas de Titán", y tienen en común el tiempo: los viajes en el tiempo. En "Las sirenas de Titán", se habla de un volumen de poemas que lleva ese título, El título derivaba del hecho de que en inglés, todas las palabras entre timid (tímido) y Timbuktu (Tombuctú) en los diccionarios abreviados, se relacionan con el tiempo (time).
Deduzco que todos los relatos de "La cartera del cretino" pertenecen a los primeros escritos de Vonnegut, sobre los años 50-60, y, este cuento en concreto reúne una serie de ingredientes que inevitablemente me ha llevado a evocar "The Twilight Zone" y "Alfred Hitchcock Presents".
Me estoy extendiendo demasiado y no sigo el primero de los consejos del maestro, pido disculpas, perdonen mi entusiasmo: 1. Utilizar el tiempo ajeno de modo tal que el otro no sienta que lo ha malgastado.
En el segundo relato "Roma", es donde, con el pretexto de una obra de teatro algo subida de tono para la época en la que sucede la historia, Vonnegut usa su característica y fina ironía para dejar a cada uno en su sitio. Gracias a este relato he descubierto una escena desternillante protagonizada por W.C. Fields:
En "Paraíso junto al río" nada es lo que parece, y no sabría decir por qué esta narración me recordó a lo que sentí al leer algunos de los cuentos de Ernest Hemingway durante el año pasado.
El cuarto cuento es el que da título al libro "La cartera del cretino", con un final redondo y sorpresa incluida, un relato que también podría haber sido utilizado de guión en algún capítulo de las series de Alfred Hitchcock.
"Señorita Snow, está usted despedida" tiene tantos momentos hilarantes como tristes y "París, Francia" es sin duda el mejor de todos, donde tres parejas de distintas generaciones se conocen en un tren de camino a París con giros imprevisibles y un final con moraleja.
-Yo nunca había visto una ciudad -dijo Rachel- que permitiera a nadie ser tantas cosas con tanta facilidad. Debería haber una gran señal en todas las estaciones de París que dijese, en todos los idiomas, Esto es un sueño. Adelante, actúa como el idiota que eres y a ver qué pasa.
Después de estos seis relatos llega el ensayo "El último de Tasmania" escrito en 1992, donde encontramos a un Vonnegut que ya conocimos en 2005 con "Un hombre sin patria", duro y crítico no deja indiferente a nadie ante tanta injusticia del pasado y del presente. Si en "Un hombre sin patria" leímos cosas como esta: Por si no lo habían notado, ahora somos casi tan temidos y odiados en todo el mundo como lo fueron los nazis. Y con motivo. Por si no lo habían notado, nuestros líderes no electos han deshumanizado a millones y millones de seres humanos meramente a causa de su religión y de su raza.
En "El último de Tasmania", como en "Un hombre sin patria", carga contra los mandatarios, la TV., carga contra el despiadado Cristóbal Colón, que lejos de ser un héroe, era un hombre de una codicia y una crueldad rayanas en la demencia.
La verdad es que somos incorregibles, los animales más asquerosos que pueda haber, como testifica la historia, y no hay nada que hacerle.
Y ya, para terminar, un cuento inacabado: "La ciudad robot y el señor Caslow", que nos lleva a conocer una sociedad distópica con personajes muy bien definidos, pero cuando estás en la parte más interesante se corta la historia, sí, así, en mitad de una frase y
(Kurt Vonnegut, además de ser autor de "Matadero cinco", lo es de novelas tan brutales como "Barbazul", "La pianola" o "Cuna de gato", todas ellas publicadas en castellano por Anagrama y que por alguna extraña razón no se reeditan, a excepción de "Matadero cinco", por supuesto.
De "Cuna de gato" y "Desayuno de campeones" se pueden encontrar -eso sí a un precio desorbitado- nuevas ediciones a cargo de "La Bestia Equilátera", y, a un precio más razonable, las versiones digitales)
Quiero agradecer a Malpaso ediciones y, en especial a Eva Muñoz, que me brindaran la posibilidad de participar en toda esta locura Vonnegutiana, y, ya de paso, les deseo mucha suerte, mucho éxito, lo merecen.
Tengo muchas ganas de leerlo, aunque ahora que me he terminado el de Eduardo Lago (me ha gustado mucho) le tengo que dar un pequeño respiro a esta editorial que pinta tan cojonuda.
ResponEliminaEstoy en ello, estoy en ello. Me tomaré como guía tus palabras.
ResponEliminaBesos
Jordi, ¿por dónde empiezo? Quizá lo de los relatos sea una buena idea para probar. Aunque sé que es uno de tus autores de cabecera, aun no he leído ninguno de sus libros. Y, no puedo dejar de mencionar que me alegra que te estés asomando con más frecuencia a esta ventana...un abrazo,
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