Tal vez su música disipó nuestra tristeza. Estábamos tristes porque empezaba a llover y porque con lluvia en la playa no puedes leer ni tomar el sol.
Pero para animarnos teníamos ahí a Kiko y a los invitados de ese excepcional Puro Veneno del 98. Además dejó de llover y, a pesar de ser un día gris, teníamos una buena habitación y una gran oferta de bares donde comer tapitas y tomar cañas a un precio más que razonable.
Así que el sábado tuvimos día de lectura, cervezas y tapas, una buena cena y cava obsequio de la casa; brut nature no sé qué marca...
El domingo tuvimos un par de horas de sol y nos tumbamos en la playa con crema solar y todo.
Pero lo mejor es que pudimos hacer todo eso y leer.
Leímos los dos -por turnos- Génesis de Bernard Beckett. Una novela de apenas 150 páginas y de ciencia ficción-distopía. (Según wikipedia: distopía es una utopía donde la realidad transcurre en términos opuestos a los de una sociedad ideal). Génesis es una de esas historias que tanto me gustan, como algunas de Philip K. Dick, La Pianola o Las Sirenas de Titán de Vonnegut, 1984 de Orwell, Un Mundo Feliz de Huxley o Nunca Me Abandones de Ishiguro.
No quiero contar nada porque es mejor no saber nada. Si me apuras está bien saber lo que cuenta la contraportada: En un futuro no muy lejano, una estudiante llamada Anaximandro se presenta al severo examen de ingreso en la Academia, el órgano de gobierno de una utópica sociedad en la que se ha criado...
En fin, una novela donde se mezclan el suspense y la acción con reflexiones muy profundas y filosóficas: "Te burlas de mí por la brevedad de mi vida, pero es precisamente ese miedo a morir lo que me infunde vida. Soy el pensador que piensa en el pensamiento. Soy curiosidad, soy razón, soy amor y soy odio. Soy indiferencia. Soy hijo de un padre, quien a su vez era hijo de otro padre. Soy la razón por la que mi madre reía y la razón por la que lloraba. Soy asombro y soy asombroso. Sí, el mundo puede pulsar tus botones cuando pasa por tu sistema de circuitos. Pero el mundo no pasa a través de mí. Se queda en mí."
Además de Génesis, leí muchas páginas, casi todas, del libro Amor de Manuel Vilas.
Un poemario que he terminado de leer ahora mismo, justo antes de decidirme a escribir este post. Se trata de su poesía reunida desde 1988 a 2010. En Amor podemos leer sus primeros poemas, la totalidad de sus poemarios hasta día de hoy: El Cielo (2000), Resurrección (2005) y Calor (2008), además de cinco poemas inéditos (2009-2010) y que en un principio debían aparecer en un nuevo poemario titulado precisamente Amor.
De Vilas sólo había leído Aire Nuestro y ya me sorprendió su particular forma de contar cuentos, casi poemas pensé entonces. O tal vez eran poemas. A mí me da lo mismo cómo se les quiera llamar. Me gusta leer algunos poemas como si fueran cuentos y viceversa.
La casualidad quiso que leyera en Calafell, entre muchos otros, uno titulado Costa Dorada, y que cuando llegamos a casa, mientras escuchaba el disco en vinilo del año 1977 Low de David Bowie, leyera el poema, también entre muchos otros, 1977, en el que además Vilas cita al duque. A mí me gusta especialmente Noticias de junio del año 2009. Lo voy a leer a menudo y va a ser mi recordatorio personal por razones que para mí y los que pasaron conmigo esas fechas son muy obvias. ¡Pero hay tantos poemas que merecen segundas, terceras y cuartas lecturas en Amor!: El nadador, La clase de lengua, El inmaduro, El Desconocido, Flores, Mujeres, Nueva York, Mazda 6, Resurrección, Amor... Hace pocos minutos he encontrado en YouTube un vídeo donde se puede visionar y escuchar, en voz del propio Manuel Vilas, los poemas Amor, Audi 100 y El inmaduro:
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