Podría decirse que cuando un desconocido ofrece su ayuda genera cierta desconfianza. Corren tiempos locos como canta Tremendo en "soul brodas".
He sentido en más de una ocasión miradas escrutadoras recorriendo mi cuerpo de arriba abajo cuando he ofrecido el ídem gratuitamente con la honesta y sana intención de ayudar a transportar un televisor de plasma de más de 30 pulgadas o una garrafa de 5 litros de agua o lejía del punto A al B.
Hoy, sin embargo, he presenciado algo sorprendente. He visto con mis propios ojos a un manco echando una mano a una señora.
El hombre se ha ofrecido a llevarle algunas bolsas de la compra y la señora agradecida ha aceptado su ayuda sin temor alguno. No había mirada inquisidora. TODO LO CONTRARIO. He conservado toda la mañana en mi mente la imagen congelada del señor con cuatro bolsas en el antebrazo donde le faltaba la mano mientras se disponía a agacharse a recoger otras tres o cuatro del suelo bien repletas con la que le queda. La señora le miraba agradecida dispuesta a emprender la marcha con tan sólo un carrito de la compra en una mano y sosteniendo un monedero en la otra. ¿Acaso un manco no puede salir corriendo con todos esos suculentos alimentos?
No sé, tal vez era su hijo o su hermano y yo un paranoico más. Quizás si hubiese sido un desconocido no habría confiado en él. Perhaps, perhaps, perhaps.
De todas formas el pobre hombre ha cargado con más bolsas de las que yo estaría dispuesto a llevar en un sólo viaje con mis dos manos y el chiste "dos pistolas para un manco" ha perdido toda su gracia.
La canción del día: Dorm
Què podem dir que en aquest món algú altre no hagi dit?
Sense literatura no pot haver-hi amor.
"Quimi Portet "
Feliç dia!
ResponEliminaCada vegada crec més en l'amabilitat dels estranys i ens els moments i joc que això dóna a la vida diària... magnífica anècdota :)
ResponEliminaAnónimo muchas gracias, lo fue. Me gustaría que dejaras tu nombre ;)
ResponEliminaSylvia què tal? Tot ve d'una anècdota anterior, quan vaig oferir la meva ajuda a uns nois que descarregaven un camió i la porta se'ls hi tancava. Em van mirar amb cara rara, com si fos rar que un noi volgués ajudar i no robar jejejeje. Als pocs dies vaig veure aquesta escena, la de l'home sense mà i una senyora... Una abraçada!
Pues este tipo de actitudes deberían ser normales. Que triste que pensemos que lo normal habría sido que él saliera corriendo. Ni modo, ¿qué podemos hacer cuando hay personas que abusan de otras?
ResponEliminaMe gustaría vivir en un mundo de confianza pero desgraciadamente sí, es verdad, no es normal y ese tipo de actitudes hay que agradecerlas.
Un saludo :D
http://reto700.blogspot.com/
Mi Revista, me encantan los retos. Me gustaría saber algo más sobre el tuyo. Una suerte encontrarte o, mejor dicho, que cuando dejaste un comentario en mi blog yo entrase en el tuyo. Me recuerdas mucho a Sophie Calle. Te sigo, gracias por tu visita y tu comentario. He intentado dejar un comentario en tu blog pero me ha resultado imposible, no me deja...
ResponEliminasi esto no es maravilloso ¿qué lo será?
ResponEliminaEscriure comentaris als blogs de blogger s'està convertint en un problema...
ResponEliminaGran canción de Quimi Portet... Es cierto que hoy en día es complicado encontrar gente solidaria, pero siempre hay alguien o alguna situación sorprendente.
ResponEliminaun abrazo
No podria passat també que la llàstima pel fet de ser manc l'inspirés més confiança. Som raros eh.
ResponEliminaLeído hoy a las 15:23 horas: Un hombre sin manos llamó a mi puerta... ("Visor" - Raymond Carver)
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