Ajustando tiempos

Si recuperar el tiempo perdido fuese tan fácil cómo ponerse al día con uno de mis grupos favoritos -Cracker- otro gallo cantaría, o no. Hoy, después de pasear en bicicleta durante dieciséis kilómetros, después de una buena ducha y de leer un par de cuentos de Enrique Vila-Matas -sensacional como siempre- y después, también, de escuchar Misty -un disco de 1974 del japonés Tsuyoshi Yamamoto- he rememorado algunos momentos de mi vida gracias a viejos discos de la banda de David Lowery: Cracker. Tengo todos sus CD's editados hasta 2002. El último que compré fue Forever y es el que ahora mismo está sonando a todo volumen mientras escribo, tomo un café y observo a través de la puerta corredera la intensa lluvia que cae en la terraza dejando empapada la silla donde hace apenas unos minutos leía Rosa Schwarzer vuelve a la vida.
Desde 2002 hasta la fecha el grupo Cracker ha editado cinco discos, aunque sólo tres de ellos contienen canciones nuevas. Así que ha resultado fácil ponerse al día y gracias a Internet conocer y disfrutar de todo ese material hasta ahora inédito para un servidor. Así que me dispongo en breves minutos a recuperar el tiempo perdido con Countrysides, Greenland y, el más reciente, Sunrise In The Land Of Milk And Honey.
Mientras los disfruto repasaré esos magníficos regalos de cumpleaños que han superado cualquier expectativa. En otro post hablaré de eso y de mucho más. Ahora haré caso a lo que dice Murakami en su última novela editada en nuestro país, uno de ésos regalos, "De qué hablo cuando hablo de correr": dejo de escribir en el preciso momento en que siento que podría seguir escribiendo.

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